Yo me llevé tu juventud
tus tangas rosadas,
tu belleza
tu sonrisa
te robé toda la comida del refrigerador
Pero pongámonos claros,
yo aguanté tu perrito,
tus padres y trovadores papel confort
Aún así,
lo que te robé
no me hace un ladrón,
sino un justiciero hermoso,
más sensual que la cresta,
un tipo robin hood sideral,
que ahora
sale a la vida
a estafar cada pestaña falsa
y niñita sin padre.
Y ello,
parar mostrar
que no hay repetición más sexy
que una mujer simplona como tú.