Ayer me quedé sin palabras,
de pronto mi lengua de ateo y madera
se torció como un cisne culiao
y dijo una sarta de sílabas fritas
en el bar, al viudo que atiende como moe Szyslak
Y sí,
me fui sobrio pero mudo
Y vagué...
vagué por avenida la feria
y me dieron ganas de pedir "una colaboración
para este pobre güeón que se quedó
sin
un diccionario sucio", en la cabeza
mas con cueva encontré un
pucho usado,
y una
bandada de
palomas inútiles (que siempre me han parecido pájaros culiaos).
Y seguí
durmiendo por los adoquines
Entre los predicadores psicóticos
-y que me alegra que nadie escuche-
cotizando diccionarios so-pena ,
mirando libros viejos
a ver si alguno de ellos
me daba un bigmac de comas
o quizás un macnuggets de puntos seguidos
y así recuperar mis sustantivos comunes,
Los sustantivos propios (esos que no son míos)
Los adjetivos (esos que ya no uso)
Los adverbios (esos que tenían clasificaciones)
y todas las conjugaciones verbales
que nunca me molesté en aprender bien.
Pensé en torturarme un rato
en aquellas historias eróticamente ricas
en que soy asediado
por un tumulto de mujeres tenistas sin raquetas…
Y todas ellas corean
mi nombre volcánico: "Guapo, guapo, guapo"
Pero nada encontré,
sólo aparecí palabreado
cuando volví
a
pensar, sentado en el baño,
en cómo cresta
te podía decir
que mañana quiero que me hagai el desayuno
sin que
me pegues
una patada en toda
mi infancia desproporcionada.