la ardilla pastera
se preguntó por qué no sentía na’ en su mente
y le dijo al sapo:
- ”trajiste puro talco weón”
el sapo, recordando la moraleja de la Rana y la Zorra,
agregó:
- “vos tenís gusto de zorra”
La ardilla se pegó un fierrazo más
y concluyó:
-“mejor tírate una rayita de la colombiana”
y el sapo pichicateao dijo:
-“la tortuga falopera tiene mano ahí”
la ardilla se rió dramáticamente:
-“la liebre culiá nunca cachó porqué le voló la raja en la carrera”
el sapo, tiró su lengua sarcástica, y contestó:
- “yo supe que la tortuga ahora trabaja en conace weón”
y la ardilla finalizó con una moraleja:
- “esos weones sí que son animales”