Podría dejar de quererte,
olvidar todas esas palabritas que no se deben tocar en un poema
y lanzártelas en la cara,
pero jamás olvidaré
cuántos cigarros
me quedaban antes de que llegaras a
juntarte conmigo,
Ni tampoco una reunión
Con los ebrios
Ni un 11 de septiembre ni el 29 de marzo
Pero a ti,
sí que te podría
incendiar...
tirarte querosén,
hasta convertirte en el polvo
que siempre
tienen las personas
como tú,
y que
algunos
queremos
sacudir
sucia y carnalmente.