Acabo de leer
las porquerías que
te escribía cuando era un piojo subdesarrollado,
engrupido y enamorado
de tus pechos y piernas calentitas
sabor le sancy.
Tengo toda la intención
de hacerlos mierda,
Quemarlos y mearlos a destajo
en una curadera horrible
Y ojalá darles
un magro entierro…
Y quizás lo entierre*
una vez más.
Pero todavía no los boto…
aún los conservo…
Y sospecho que es por la misma razón
que conservo las tarjetas de cumpleaños
Y las fotos de mis amigos...
Algún día espero verlas
cuando los mariconsitos me dejen botao en un asilo.
Pero te juro que me da la weá -ahora que soy joven y apuesto-
y agarro una botella,
la quiebro en el canto de la silla
Y comienzo a apretar "suprimir" a todas las
cursilerías y canciones románticas que te escribí…
-mas siempre canté como el culo-
Y ahí quedaste, perra cruel. En la papelera de reciclaje…
desde donde te voy a hacerte raspar, porque de ti
No hay nada que reciclar.
* (entiende esta webá de la forma más pervertida y cochina, cochina víbora)