Los días impares acarician una evitable sensación…
No me gustan las flores, los microbuses, las liquidaciones ni
Los perfumes caros.
Los días pares no acarician nada. Provocan un efecto sórdido en la conciencia…
Moran los extraños, realzan los minuteros y los dedales.
Los establos abren días pares e impares, permanecen mojados los feriados,
No se limpian los domingos, y no tienen misas con sus contornos.